viernes, 3 de diciembre de 2010

La desnudez de los fotógrafos




Fotos tomadas en Montevideo, París y Barcelona con cámaras "point and shot" Canon A650, G10 y G11.


En el último editorial de ZoneZero, Pedro Mayer da por sentado que, a pesar de lo accesible que se ha convertido la compra de cámaras fotográficas automáticas y la toma de fotografías, esto no convierte a la gente en fotógrafos, y hasta ahí estoy de acuerdo.
Pero él va mas lejos y adjudica esa condición a que la gente no ha sido "alfabetizada" visulamente y por lo tanto las imágenes que genera no pueden competir con las de un profesional. En realidad esto no es del todo cierto. Cualquier muchacho que hoy tenga 20 años recibió cuatro o cinco veces más información en imágenes de la que Mayer o yo recibimos en igual período de nuestras vidas. Y si bien eso no es educación visual formal el sentido de la composición, que en su esencia se basa en el análisis de las estructuras que en la naturaleza nos quedan visualmente cómodas -después de todo lo áureo nos rodea- puede ser aprendido sin maestros.
¿Entonces, para la fotografía esta "diarrea de imágenes" como califica Jimmy Fox a la situación actual es buena o mala?
No es bueno que la cantidad de fotos a las que podemos acceder se haya multiplicado de miles a millones porque creo que, lo que no es exponencial es el aumento de fotos que realmente valga la pena mirar, y en ese inmenso mar lo bueno queda perdido o por lo menos difuso. Y no es cierto que el interés colectivo por sacar fotos implica que también haya aumentado exponencialmente la percepción o la valoración de lo que es bueno y lo que no. Tampoco veo con buenos ojos esto de que haya cientos de sitios con fotografías de uso libre porque directamente nos quita trabajo. Lo que si es bueno es que, antes de lo digital los fotógrafos nos arrogábamos esa condición porque, teniendo o no cualidades manejábamos la técnica: ese enrredo de fotómetro-diafragama-asa-velocidad-películas-revelado-copiado, y muchos no merecíamos el título. En la era del laboratorio tuve alumnos en ORT que eran grandes artesanos y, sin demasiadas explicaciones lograban copias aceptables en forma rápida, pero eran espantosos para entender qué era una buena imagen y qué no. Mientras otros que demostraban talento innato para la toma de fotos se desestimulaban por la falta de manualidad artesanal que requería el laboratorio. Hoy los profesionales estamos expuestos, totalmente desnudos porque esa barrera se terminó y lo único que nos queda para ofrecer es nuestro ojo. Y la gente que vive en hogares donde, entre las cámaras y los celulares seguramente hay cuatro o cinco formas de obtener imágenes, sabe que una buena foto puede ser solo una casualidad, porque a sus propios niños les sucede, y nos piden, nos exigen, que tengamos nuestra propia historia de buenas imágenes en reiteración real, para considerarnos buenos profesionales.

1 comentario:

  1. Buenos dias, estoy totalmente de acuerdo con lo dice este articulo, sumarìa lo profundamente incierto que se vuelve el futuro en la fotografia, ya que, el "gusto" o mejor dicho, lo esteticamente agradable es algo socialmente aprendido. Por esto, toda una generacion crece, ya desde temprana edad con una cámara en la mano, lo que aumenta exponencialmente las posibilidades de cambios dinamicos en los paradigmas que rigen la fotografia...saludos, espero haber sido claro!!!

    ResponderEliminar